Mi día en realidad comienza cuando termina para todos los demás.
Al irme a mi habitación y, acostado en mi cama, ver las estrellas brillar, formar constelaciones, tan distantes y tan cercanas. Como diciendo: ¡Ven y atrápanos!. Y es que si puediese te bajaría una estrella,
Cuando cierro los ojos y comienzo a soñar, comienza todo. De los sueños, del deseo, del querer y del poder.
Suenño con algo sencillo, no hacen falta grandilocuencias para enmorarte. Tan sólo ser nosotros mismos, con seguridad, con confianza.
Y en el medio de mi sueño un temor nace: Es ésa epoca de no ser nada y al mismo tiempo serlo todo para el otro; es como una pesadilla, pero abro los ojos y rápidamente se dispersa...
Veo las estrellas y sé que tarde o temprano estaremos juntos de nuevo,
La noche no es eterna.
Llega el amanecer. Brillante época, un comienzo oficial del día, de nosotros...
Todo está en calma. El sol ilumina desde el horizonte y lo cubre todo de brillo.
Las cosas se desenvuelven poco a poco, y un poco más ordenadas que la noche anterior, hasta que llegamos al mediodía. El tiempo se detiene. El sol llegó a su punto más alto! ¿Podría quedarse allí tan sólo un poco más?. Es el clímax de nuestro amor, en el cual me entrego a tí,
El tiempo pasa, relativo a las escenas de nuestras vidas.
El atardecer se hace protagonista de esta historia, luego del amor. El cielo se torna rojo, las nubes se entorbellinan al rededor de una flamante esfera roja y yo estoy ahora aquí observando. ¡Cómo quisiera que estuvieses aquí por un momento,
Ése que prometiste una vez bajar.
Con la noche llega el final de la historia, con las estrellas brillando, formando constelaciones, y la luna iluminando
Mañana será un nuevo día, amanecer viendo tu cara, darte el matutino, ir a dormir contigo y una infinidad de días más para vivir lo que nos falta por compartir.
Al irme a mi habitación y, acostado en mi cama, ver las estrellas brillar, formar constelaciones, tan distantes y tan cercanas. Como diciendo: ¡Ven y atrápanos!. Y es que si puediese te bajaría una estrella,
cada día, cada tarde, cada noche...
Cuando cierro los ojos y comienzo a soñar, comienza todo. De los sueños, del deseo, del querer y del poder.
Suenño con algo sencillo, no hacen falta grandilocuencias para enmorarte. Tan sólo ser nosotros mismos, con seguridad, con confianza.
Y en el medio de mi sueño un temor nace: Es ésa epoca de no ser nada y al mismo tiempo serlo todo para el otro; es como una pesadilla, pero abro los ojos y rápidamente se dispersa...
Veo las estrellas y sé que tarde o temprano estaremos juntos de nuevo,
cada segundo, cada minuto, cada hora...
La noche no es eterna.
Llega el amanecer. Brillante época, un comienzo oficial del día, de nosotros...
Todo está en calma. El sol ilumina desde el horizonte y lo cubre todo de brillo.
Cada planta, cada ser, cada gota de rocío que quedó...
Las cosas se desenvuelven poco a poco, y un poco más ordenadas que la noche anterior, hasta que llegamos al mediodía. El tiempo se detiene. El sol llegó a su punto más alto! ¿Podría quedarse allí tan sólo un poco más?. Es el clímax de nuestro amor, en el cual me entrego a tí,
en cada caricia, cada beso, cada abrazo...
El tiempo pasa, relativo a las escenas de nuestras vidas.
El atardecer se hace protagonista de esta historia, luego del amor. El cielo se torna rojo, las nubes se entorbellinan al rededor de una flamante esfera roja y yo estoy ahora aquí observando. ¡Cómo quisiera que estuvieses aquí por un momento,
para que veas cada imagen, sientas cada estímulo, vivas cada momento, comigo..., mientras te dedico el cielo una vez más.
Ése que prometiste una vez bajar.
Con la noche llega el final de la historia, con las estrellas brillando, formando constelaciones, y la luna iluminando
cada esquina, cada árbol, cada tejado. La miro, pienso en tí y duermo.
Mañana será un nuevo día, amanecer viendo tu cara, darte el matutino, ir a dormir contigo y una infinidad de días más para vivir lo que nos falta por compartir.
No comments:
Post a Comment